Orbitopatia Tiroidea
La orbitopatía tiroidea u oftalmopatía tiroidea es una enfermedad orbitaria y ocular que se asocia a problemas de la glándula tiroides, prinicpalmente al hipertiroidismo (enfermedad de Graves-Basedow) pero también puede asociarse a otras alteraciones tiroideas como el hipotiroidismo y la tiroiditis de Hashimoto.
La orbitopatía tiroidea es un proceso autoinmune: debido a causas desconocidas, el sistema inmunológico del propio paciente genera anticuerpos que atacan a la glándula tiroides y a las estructuras que rodean los ojos (músculos oculares, grasa orbitaria). Estos anticuerpos producen una inflamación de las estructuras afectadas. El ojo, los músculos oculares y la grasa orbitaria se encuentran rodeados por las paredes óseas orbitarias. Los músculos oculares y la grasa orbitaria inflamados experimentan un aumento de tamaño, pero la cavidad orbitaria al ser una estructura ósea y rígida, no puede alojar ese aumento de tamaño, por este motivo el contenido orbitario se desplaza hacia adelante y los ojos se ven empujados hacia afuera, médicamente esto se denomina exoftalmos o proptosis. Otras manifestaciones de la orbitopatía tiroidea son:
- Molestias oculares: irritación, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo.
- Visión borrosa e incapacidad para leer durante tiempo prolongado.
- Estrabismo con visión doble.
- Dolor retrocular o con los movimientos oculares.
- Retracción palbebral.
- Imposibilidad para cerrar completamente los párpados.
- Aumento de presión intraocular.
En casos graves se puede producir una compresión del nervio óptico con alteración en la percepción de los colores y pérdida de visión.
¿Cómo se trata?
La orbitopatía tiroidea presenta dos fases:
- La primera fase es la fase inflamatoria. Esta fase suele tener una duración de entre 6 y 12 meses y generalmente cede de manera espontánea. Los casos leves no suelen necesitar tratamiento específico. Los casos moderados y graves requieren tratamiento antinflamatorio para disminuir la inflamación de los músculos oculares y de la grasa orbitaria. Como primera opción se suelen utilizar los corticoides administrados de manera intravenosa. Otras opciones son: la radioterapia y los fármacos inmunosupresores.
- La segunda fase es la fase cicatricial. Esta fase comienza tras el fin de la inflamación, en esta fase ya no existe un proceso inflamatorio activo pero si encontramos fibrosis y cicatrización de los tejidos que han estado inflamados, lo que puede causar secuelas oculares persistentes. Cuanto menor sea la gravedad y la duración de la etapa anterior, menor será la cicatrización de las estructuras oculares. El tratamiento de esta fase es quirúrgico, la cirugía tiene como objetivo corregir las alteraciones que persisten una vez desaparecida la inflamación: exoftalmos, retracción palpebral, visión doble.
Además es importante controlar la función tiroidea, aunque la resolución del problema tiroideo no conlleva la curación orbitaria ya que son procesos relacionados pero independientes.